El llamado es a que se vincule gente nueva.
No tenemos que gastarnos otra vez los años de nuestra experiencia, para sacar avante dicha embarcación, solo hemos de incluir a esta nueva generación, a los jóvenes de hoy, sin pensar ellos que hemos abandonado el barco, seguimos en el y hemos de ayudar a enrumbar su destino, a pesar de que en las tormentas pasadas, cuando creyeron las ratas que se iba a pique, unas lo abandonaron y otras cuantas escondidas en la bodega quedaron, donde no podemos permitir que se reproduzcan en medio de la
basura que aun queda.
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